Al momento de comprar un vehículo usado, es importante realizar un peritaje para conocer el estado real del vehículo y luego proceder con tranquilidad a realizar el traspaso.
Los vehículos usados cumplen un papel importante en la industria y por esto no sobra mencionar y describir la importancia del peritaje, un ejercicio que en muchas situaciones es insustituible, que se aleja de las subjetividades y demuestra, señala y entrega un contexto fundamentado sobre el estado y posible precio de un vehículo usado.
El peritaje permite entender el estado real de un vehículo usado. Aunque el comprador tenga conocimiento sobre las diferentes marcas de vehículos, hay algunos puntos específicos y fundamentales que solamente una revisión técnica puede señalar.
El peritaje se divide en partes estructurales, mecánicas, documental. Cada una es importante en su énfasis, pues un vehículo con fallas estructurales presenta una afectación en su seguridad, la mayoría de los vehículos usados tienen algo que hacer en su parte mecánica y aunque las anteriores podrían tener alguna reparación, una falla documental hace que el comprador adquiera un “problema”.
“Uno de los componentes más susceptibles de revisión y que debe tener un mejor control al comprar un vehículo usado, es la parte estructural. Las suspensiones, caja y demás partes tienen repuestos y manuales de servicio, sin embargo, las estructuras y chasises no deberían ni están hechos para repararse”, afirma el experto automotor y director de Autotrain, Ricardo Osorio, en una entrevista para el Espectador.
Para el experto, los temas estructurales tienen un importante impacto en el precio del vehículo. El peritaje, continúa, revisa minuciosamente el chasis para estar seguros de que no hubo una mal practicada reparación estructural.
Los vehículos también pueden haber tenido algún golpe o rayón, que es importante determinar qué tan fuerte fue, aun cuando el golpe haya afectado la estructura del vehículo, pues puede estar afectando la seguridad de este y el precio se deprecia más que el de uno que no fue afectado de esta forma.
Si bien un vehículo usado pueda tener alguna reparación mecánica, para este punto, los técnicos en este tipo de procedimientos hacen un balance del estado de las piezas de desgaste (suspensión, embrague, frenos, etc.), para luego indicar cuáles deben ser reemplazadas.
La revisión mecánica de un vehículo usado es una inversión pequeña con un beneficio mayor. Eso sí, si no se revisan estas partes puede pasar que se dañen, por ejemplo, los discos y ahí la inversión sería más grande.
En cuanto a la revisión documental, esta sirve para confirmar la idoneidad de la documentación y que coincida con el vehículo, así como el propietario, por ser bienes que pueden ser objeto de embargos, no solo por el vehículo mismo sino por otras deudas de los propietarios.
En este punto, los encargados del peritaje revisan los números de identificación de que quien vende el producto sea realmente su propietario o esté facultado para realizar la venta. Asimismo, chequea impuestos, multas, partes, embargos, entre otros.